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Jáled al Baih  (caricaturista sudanés)

@khalidalbaih

Muftah

Aeropuerto Internacional de El Cairo, viernes, 28 de septiembre, 5 de la mañana

Un vuelo de Egyptair procedente de Qatar. Duro aterrizaje. Mareado y  confuso. Las pastillas para la ansiedad que me produce volar se mantienen en mi sistema. Cerca de 300 personas en el hall de llegada divididas de forma desigual entre las ventanillas del control de pasaportes.

(…)

5.45 AM

Todavía en la cola

(…)

6.00 AM

Todavía en la cola. Hay diez ventanillas que podrían estar abiertas pero no lo están. Esto es Egipto.

(…)

6.05 AM

(…)

El oficial teclea con sadismo en el teclado mientras comprueba mi pasaporte. Hace una llamada y deja el altavoz abierto. Después de un timbrazo cuelga. Otro oficial aparece en cuanto el primer oficial cuelga. Es lo más rápido que ha sucedido desde que aterricé. No me dice cual es el problema. Le pregunto diez veces. Los oficiales hablan de mí como si no estuviera allí.

(…)

7.30 AM

Cuatro hojas A4 en el centro de mi pasaporte. La TV sigue gritando que los egipcios deben estar al tanto de la conspiración qatarí. El “basha” comienza a hablar conmigo rudamente:

-¿Cómo te llamas?

-Jáled

-¿Por qué estás aquí?

-Estoy invitado a participar en un campamento sobre medios de comunicación árabes en Ismaeliya. ¿Quiere ver la invitación oficial?

(…)

-¿Dibujas?

-Yes

-¿El qué?

-De todo

-¿Dibujas en Qatar?

-Dibujo en todas partes

-¿Vienes a buscar inspiración en Egipto?

(Me río de forma tensa)

-¿Qué dibujas en Qatar?

-Cualquier cosa

-¿Lo que te pidan?

-Nadie me pide nada, es algo que hago por mi cuenta.

(…)

Las mismas preguntas una y otra vez.

El “basha” no escribe nada mientras me interroga.

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9.30 AM

Centro de detención. Una habitación y un baño con un problema de fontanería que se puede oler. Doce hombres. Cuatro camas dobles. Dos ya ocupadas. Unas cuantas sillas desperdigadas. Una ventana alta donde ocho hombres están de pie fumando. Me siento en la cama por si me toca pasar allí la noche. Pregunto si puedo conseguir agua. Uno de mis compañeros con acento palestino me dice que pregunte a los oficiales.

(…)

 

  • PM

Me levanto cuando un oficial pronuncia mi nombre. No me dice dónde vamos. Nunca me dieron ni el agua ni el bocadillo de queso. Paramos ante un sillón roto. Nuevos pasajeros acaban de llegar. Todos cabeza abajo mirando sus móviles. “Bienvenido a Egipto”  me dice el oficial de recepción devolviéndome mi pasaporte.

 

Las caricaturas del artículo pertenecen a Jáled al Baih 

 

 

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